Bueno, después de mucho tiempo esperando, llegó el día, por fin mi viaje a Roma.
El avión de Ryanair salió del aeropuerto de S.Pablo a las 16:55h, y por cierto con un malísimo despegue por mi parte, ¡que mareo!, ¡que dolor de oídos!... el camino en general bien, pero ya tenía los nervios en el cuerpo así que no quise ni mirar por la ventanilla. La llegada a Roma preciosa y mejor de lo que esperaba; como íbamos al aeropuerto de Ciampino sobrevolamos el centro de Roma y pudimos ver el Coliseo, el Foro, etc... un anticipo de lo que nos esperaba. Afortunadamente el aterrizaje fue bueno, y no veía el momento de que ocurriera.
Bajamos y pudimos notar que el aire no era tan cálido como en Sevilla, pero ¡vaya humedad!, enseguida empezamos a sudar sin parar. Nos montaron en un bus y nos acercaron a la terminal; cuando entramos al aeropuerto me pareció muy pequeño, pero que muy pequeño, la zona de llegada de los pasajeros era más pequeña que el hall de Santa Justa. En nada salimos y al poco nos abordó una chica preguntando si íbamos a Termini con la línea de buses Terravisión, ya me había informado antes y rápidamente le dije que sí, y conseguimos los billetes de bus. Los buses de Terravisión son los que llevan a la gente directamente a Termini, la estación central de tren-metro-buses, en el corazón de Roma, baratos y rápidos.
Tardamos unos 40 minutos en llegar a la estación central de trenes de Termini, por el camino vimos de lejos la Via Apia, uno de los acueductos que nutrían de agua la antigua Roma, San Juan de Letran,... "esto pinta bien". En cuanto llegamos a la estación nos pasamos por un estanco para comprar billetes de transporte urbano, muy baratos, 1€, y lo podías usar en metros, buses y tranvías, sin trasbordo; a partir de ese momento empecé a practicar mi olvidado italiano, aunque si no sabes tampoco pasa nada.
Llegamos al hotel en poco tiempo, estaba muy cerca, a 5 minutos, Hotel RomAntica, hacen un juego de palabras en italiano. Estaba bien, pequeño, límpio, gente simpática, pero cuando llegamos no había luz, problemas de la zona, estaban cambiando las vías del tranvía, que ¡eran de madera!, por unas nuevas; afortunadamente se solucionó muy pronto, unos 5 minutos. El hotel muy cómodo, en el centro y muy cerca de la estación.
Bueno, ya acomodados decidimos salir a dar una pequeña vuelta y a cenar, así que nos fuimos a ver la Basílica de Santa María Maggiore, que la teníamos casi al lado, y luego bajar por Via Cavour hasta el Coliseo... Espectacular.
El avión de Ryanair salió del aeropuerto de S.Pablo a las 16:55h, y por cierto con un malísimo despegue por mi parte, ¡que mareo!, ¡que dolor de oídos!... el camino en general bien, pero ya tenía los nervios en el cuerpo así que no quise ni mirar por la ventanilla. La llegada a Roma preciosa y mejor de lo que esperaba; como íbamos al aeropuerto de Ciampino sobrevolamos el centro de Roma y pudimos ver el Coliseo, el Foro, etc... un anticipo de lo que nos esperaba. Afortunadamente el aterrizaje fue bueno, y no veía el momento de que ocurriera.
Bajamos y pudimos notar que el aire no era tan cálido como en Sevilla, pero ¡vaya humedad!, enseguida empezamos a sudar sin parar. Nos montaron en un bus y nos acercaron a la terminal; cuando entramos al aeropuerto me pareció muy pequeño, pero que muy pequeño, la zona de llegada de los pasajeros era más pequeña que el hall de Santa Justa. En nada salimos y al poco nos abordó una chica preguntando si íbamos a Termini con la línea de buses Terravisión, ya me había informado antes y rápidamente le dije que sí, y conseguimos los billetes de bus. Los buses de Terravisión son los que llevan a la gente directamente a Termini, la estación central de tren-metro-buses, en el corazón de Roma, baratos y rápidos.
Tardamos unos 40 minutos en llegar a la estación central de trenes de Termini, por el camino vimos de lejos la Via Apia, uno de los acueductos que nutrían de agua la antigua Roma, San Juan de Letran,... "esto pinta bien". En cuanto llegamos a la estación nos pasamos por un estanco para comprar billetes de transporte urbano, muy baratos, 1€, y lo podías usar en metros, buses y tranvías, sin trasbordo; a partir de ese momento empecé a practicar mi olvidado italiano, aunque si no sabes tampoco pasa nada.
Llegamos al hotel en poco tiempo, estaba muy cerca, a 5 minutos, Hotel RomAntica, hacen un juego de palabras en italiano. Estaba bien, pequeño, límpio, gente simpática, pero cuando llegamos no había luz, problemas de la zona, estaban cambiando las vías del tranvía, que ¡eran de madera!, por unas nuevas; afortunadamente se solucionó muy pronto, unos 5 minutos. El hotel muy cómodo, en el centro y muy cerca de la estación.
Bueno, ya acomodados decidimos salir a dar una pequeña vuelta y a cenar, así que nos fuimos a ver la Basílica de Santa María Maggiore, que la teníamos casi al lado, y luego bajar por Via Cavour hasta el Coliseo... Espectacular.